lunes, 11 de abril de 2016


Hasta el siglo XX ningún edificio superó en capacidad al anfiteatro Flavio, el Coliseo, destinado a acoger las sangrientas diversiones con que los emperadores cortejaban al pueblo de Roma

Juegos de gladiadores, batallas navales, luchas con animales… El anfiteatro Flavio, más conocido como Coliseo –quizá por la colosal estatua de Nerón que se alzaba en las cercanías–, constituía parte del entretenimiento público de la antigua Roma. La famosa expresión latina panem et circenses (pan y circo) resumía todo lo que los gobernantes de la urbe requerían para manejar a la plebe y mantenerla entretenida. Hasta 50.000 espectadores podían participar de las sangrientas diversiones con que los emperadores cortejaban al pueblo. Son muchos los mitos en torno a la lucha de los gladiadores. Por ejemplo el gesto del pulgar hacia abajo que determinaba la muerte de un vencido o la fórmula con que los prisioneros condenados a luchar saludaban al emperador Claudio: «¡Ave César! Los que van a morir te saludan». Pero más allá de estos detalles, todo lo demás parece haber sido cierto, dramáticamente cierto: el espectáculo de la sangre derramada exaltaba los ánimos de los espectadores, que quedaban atrapados por la adicción al anfiteatro.
La construcción del Coliseo empezó bajo el emperador Vespasiano, en torno al año 71 d.C., en un espacio que había quedado liberado tras el incendio de un anfiteatro anterior levantado casi cien años atrás. La inauguración –cuyos festejos se prolongaron durante cien días– se produjo en el año 80 y ya bajo el reinado de su hijo Tito. Finalmente, el emperador Domiciano culminó las obras en el 82, añadiendo un último piso. De estructura interior radial, estaba organizado en cinco niveles en los que se agrupaba la muchedumbre, con áreas delimitadas según la clase social: cuanto más cerca de la arena se hallaban mayor era el rango al que pertenecían.
Tras las célebres ejecuciones de cristianos, desde el siglo VI los juegos de gladiadores cayeron en desuso. Después el edificio sufriría cuatro terremotos, y ya entrada la Edad Media se convirtió en la cantera de Roma. Pese a perder casi por completo la parte sur durante siglos de expolio, aún hoy en día domina majestuosamente el paisaje de Roma. En la lejanía del oscuro siglo VIII, el historiador Beda el Venerable ya predijo: «Mientras siga en pie el Coliseo, seguirá en pie Roma. Cuando caiga el Coliseo, caerá Roma.Cuando caiga Roma, caerá el mundo».

Hasta el siglo XX ningún edificio superó en capacidad al anfiteatro Flavio, el Coliseo, destinado a acoger las sangrientas diversiones con que los emperadores cortejaban al pueblo de Roma

Juegos de gladiadores, batallas navales, luchas con animales… El anfiteatro Flavio, más conocido como Coliseo –quizá por la colosal estatua de Nerón que se alzaba en las cercanías–, constituía parte del entretenimiento público de la antigua Roma. La famosa expresión latina panem et circenses (pan y circo) resumía todo lo que los gobernantes de la urbe requerían para manejar a la plebe y mantenerla entretenida. Hasta 50.000 espectadores podían participar de las sangrientas diversiones con que los emperadores cortejaban al pueblo. Son muchos los mitos en torno a la lucha de los gladiadores. Por ejemplo el gesto del pulgar hacia abajo que determinaba la muerte de un vencido o la fórmula con que los prisioneros condenados a luchar saludaban al emperador Claudio: «¡Ave César! Los que van a morir te saludan». Pero más allá de estos detalles, todo lo demás parece haber sido cierto, dramáticamente cierto: el espectáculo de la sangre derramada exaltaba los ánimos de los espectadores, que quedaban atrapados por la adicción al anfiteatro.
La construcción del Coliseo empezó bajo el emperador Vespasiano, en torno al año 71 d.C., en un espacio que había quedado liberado tras el incendio de un anfiteatro anterior levantado casi cien años atrás. La inauguración –cuyos festejos se prolongaron durante cien días– se produjo en el año 80 y ya bajo el reinado de su hijo Tito. Finalmente, el emperador Domiciano culminó las obras en el 82, añadiendo un último piso. De estructura interior radial, estaba organizado en cinco niveles en los que se agrupaba la muchedumbre, con áreas delimitadas según la clase social: cuanto más cerca de la arena se hallaban mayor era el rango al que pertenecían.
Tras las célebres ejecuciones de cristianos, desde el siglo VI los juegos de gladiadores cayeron en desuso. Después el edificio sufriría cuatro terremotos, y ya entrada la Edad Media se convirtió en la cantera de Roma. Pese a perder casi por completo la parte sur durante siglos de expolio, aún hoy en día domina majestuosamente el paisaje de Roma. En la lejanía del oscuro siglo VIII, el historiador Beda el Venerable ya predijo: «Mientras siga en pie el Coliseo, seguirá en pie Roma. Cuando caiga el Coliseo, caerá Roma.Cuando caiga Roma, caerá el mundo».

Situación

En la actualidad el Coliseo está situado en la Piazza del Colosseo ligeramente al este del Foro Romano, en la capital de Italia.
En los años de su construcción el emplazamiento escogido para el desrrollo del proyecto fueron unas tierras pantanosas entre las colinas Esquiline y Caelian donde se ergia antiguamente la domus aurea, residencia del emperador Nerón.

Descripción

El Anfiteatro Flavio, es un enorme edificio ovalado, planta elíptica, de 189 metros de largo por 156 de ancho, y de 48 metros de altura, con un perímetro de la elíptica de 524 metros.
El terreno de juego propiamente dicho era un óvalo de 75 por 44 metros, y en realidad era una plataforma construida en madera y cubierta de arena. Todo el subsuelo era un complejo de túneles y mazmorras en el que se alojaba a los gladiadores, a los condenados y a los animales. El suelo disponía de varias trampillas y montacargas que comunicaban con el sótano y que podían ser usadas durante el espectáculo.

Las Gradas

Sección del graderio
El amplio graderío interior estaba diferenciado en gradus, pisos reservados para las diferentes clases sociales:
  • En el podium,el primero de ellos, se sentaban los romanos más ilustres: los senadores, magistrados, sacerdotes y quizá las vestales. En ambos extremos del eje menor había sendos palcos: la tribuna imperial (pulvinar), y otra reservada para el magistrado que en ocasiones presidía los juegos. Dado que este piso era el más próximo a las fieras, había una red metálica de protección y arqueros apostados regularmente.
  • El maenianum primum, para los aristócratas que no pertenecían al senado,
  • El maenianum secundum, dividido en el imum para los ciudadanos ricos y el summum para los pobres.
  • En lo más alto estaba el maenianum summum in ligneis, hecho de madera, probablemente sin asientos y reservado para mujeres pobres. Además, algunos órdenes sociales, como los tribunos, sacerdotes o la milicia, tenían sectores reservados.
  • La Fachada

    La fachada se articula en cuatro órdenes, cuyas alturas no se corresponden con los pisos interiores.
    Los tres órdenes inferiores los forman 80 arcos sobre pilastras, y con semicolumnas adosadas que soportan un entablamento puramente decorativo. El cuarto lo forma una pared ciega, con pilastras adosadas, y ventanas en uno de cada dos vanos.
    Los órdenes de cada piso son sucesivamente toscano, jónico, corintio y compuesto.

    El Velario

    El Coliseo contaba con una cubierta de tela desplegable accionada mediante poleas. Esta cubierta, hecha primero con tela de vela y luego sustituida por lino (más ligero), se apoyaba en un entramado de cuerdas del que poco se sabe. Cada sector de tela podía moverse por separado de los de alrededor, y eran accionados por un destacamento de marineros de la flota romana.
    En la parte superior de la fachada se han identificado los huecos en los que se colocaban los 250 mástiles de madera que soportaban los cables.

    Concepto

    Planta elíptica
    El Coliseo, el mayor anfiteatro construido hasta entonces, situado en el centro de Roma, capital a su vez del Imperio Romano fue sin duda una gran muestra de poderío por parte del Imperio.
    El anfiteatro recreaba en si un Imperio a menor escala. En él se celebraban las mayores peleas de gladiadores, las cacerías más sangrientas, etc. Para estas ocasiones llegaban a la ciudad gladiadores procedentes de todas las provincias del Imperio para matarse entre sí o enfrentarse a las más diversas criaturas que habitaban en las distintas provincias. Sobre la arena se podía ver pues una pequeña muestra de las grandes extensiones bajo el dominio del imperio en forma de guerreros y animales.
    El público de la capital se concentraba en el Coliseo para admirar la variedad y las extensiones que no podían llegar a imaginar que estaban bajo el dominio del impero del cual tenían el orgullo de ser ciudadanos. Las peleas además eran ambientadas según el origen de los participantes por lo que los asistentes tenían la sensación de haber viajado a tierras lejanas que nada tenían en común con Roma. El Coliseo no dejaba de ser un lugar de exhibición de poderío. En ocasiones en forma de peleas, otras de cacerías o incluso de sentencias y ejecuciones. Lo cierto es que cualquier asistente a los eventos del Coliseo volvía a casa con la sensación de pertenecer al mayor y más poderoso Imperio del mundo. Algo que fue cierto durante muchos años.

    Estructura

    Rome Collosseum Italy WikiArquitectura (27).jpg
    Coliseo dibujo.jpg
    El problema que presenta la enorme carga de la cávea o espacio de gradas destinado a los espectadores, se resuelve mediante la inclusión de poderosos arcos de medio punto que se apoyan sobre robustos pilares de piedra y argamasa y que sostienen las bóvedas anulares, sobre las que se asientan los diferentes niveles de gradas. Desde la arena salían 80 paredes radiales que apoyan las cámaras acorazadas para la zona de gradas, callejones y escaleras.
    Al exterior tres líneas de arcadas superpuestas articulan el muro, correspondiéndose con los tramos abovedados del interior. Los arcosse encuentran flanqueados por semicolumnas y rematados por dinteles, que sirven de cornisa de separación con el piso superior. En el borde externo las arcadas circunferenciales ligan cada nivel y las escaleras entre los niveles. Años después de su terminación se agregó el cuarto nivel que exteriormente se aprecia como una pared sin arcos, con pilastras de orden compuesto.
    En ocasiones había batallas navales en las que la arena se inundaba para poder manejar las barcas. Cuando terminaba el espectáculo, la arena se desecaba mediante un sistema de alcantarillas.

    Materiales

    Rome Collosseum Italy WikiArquitectura (67).jpg
    En la construcción se utilizó una combinación cuidadosa de materiales: concreto para las fundaciones, los romanos fueron los creadores del "opus caementicium", mezcla de grava, arena, cal y agua. Bloques de travertino para los embarcaderos y las arcadas, relleno de tufa entre los embarcaderos para las paredes de los dos niveles más bajos. El ladrillo de concreto y la toba fueron usados para los niveles superiores y para la mayor parte de las cámaras acorazadas. Para unir los grandes bloques se aplicaron grandes grapas de metal, se calcula que para ello fue necesario fundir 300tn de diversas aleaciones.
    En las paredes se utilizó mármol y estuco, una masa de yeso blanco mezclado con agua de cola que también era utilizado para realizar figuras o piezas que luego se decoraban.
    El ruedo donde se llevaban a cabo los espectáculos estaba realizado con un entarimado de madera cubierto con arena, debajo del cual se extendía el complejo sistema de pasadizos, cuartos y cámaras acorazadas. Con el transcurrir de los años no ha quedado nada de este entarimado quedando al descubierto el complejos sistema de pasadizos y celdillas.
    Para elevar las puertas por donde salían los gladiadores y las ferias se utilizaba un sistema de elevadores creado con poleas manuales, mientras que algunas graderías fueron protegidas con barandas de bronce.
    El último piso era protegido en verano por un toldo o velarium que se fijaba a los mástiles sujetos con ménsulas y al igual que las puertas de acceso al ruedo eran izados mediante poleas. Durante los espectáculos nocturnos se suspendían grandes candelabros sobre la arena.
    La decoración fue muy estudiada y rica en elementos, con gran profusión de estatuas, relieves de mármol y estuco, escudos de bronce o asientos de travertino. De ella, después de XX siglos de historia, numerosos terremotos, expolios y otros daños apenas quedan algunos vestigios.


    Planos

No hay comentarios.:

Publicar un comentario